P/ POR LA SEÑAL DE LA SANTA CRUZ…
V/ Adorada y glorificada sea la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
R/ Amén.
P/ Adorado y glorificado sea El Padre.
V/ El Verbo se hizo carne.
R/ Y habitó entre nosotros.
PADRE NUESTRO…
P/ Adorado y glorificado sea El Hijo.
V/ El Verbo se hizo carne.
R/ Y habitó entre nosotros.
PADRE NUESTRO…
P/ Adorado y glorificado sea El Espíritu Santo.
V/ El Verbo se hizo carne.
R/ Y habitó entre nosotros.
PADRE NUESTRO…
DULCE NIÑO JESÚS
Dulce Niño Jesús, te adoro en el misterio de tu Encarnación.
DIOS TE SALVE MARÍA… Dulce Niño Jesús, te adoro en el misterio de la Visitación.
DIOS TE SALVE MARÍA… Dulce Niño Jesús, te adoro en el misterio de tu Nacimiento.
DIOS TE SALVE MARÍA… Dulce Niño Jesús, te adoro en el misterio de la Adoración de los pastores.
DIOS TE SALVE MARÍA… Dulce Niño Jesús, te adoro en el misterio de tu Circuncisión.
DIOS TE SALVE MARÍA… Dulce Niño Jesús, te adoro en el misterio de tu Epifanía.
DIOS TE SALVE MARÍA… Dulce Niño Jesús, te adoro en el misterio de tu Presentación en el Templo.
DIOS TE SALVE MARÍA… Dulce Niño Jesús, te adoro en el misterio de tu Huida a Egipto.
DIOS TE SALVE MARÍA… Dulce Niño Jesús, te adoro en el misterio de tu Permanencia en Egipto.
DIOS TE SALVE MARÍA… Dulce Niño Jesús, te adoro en el misterio de tu Regreso a Nazaret.
DIOS TE SALVE MARÍA… Dulce Niño Jesús, te adoro en el misterio de tu Vida oculta en Nazaret.
DIOS TE SALVE MARÍA… Dulce Niño Jesús, te adoro en el misterio de tu Pérdida y Hallazgo en el Templo.
DIOS TE SALVE MARÍA…
CANTO AL SANTO NIÑO JESÚS DE PRAGA
A tus plantas ¡Oh Niño de Praga! Ya no existe en la vida dolor: nuestro pecho de dicha se inflama, nuestro ser se conmueve de amor. Quien anhele en el mundo delicias presuroso que acuda a tu altar, que quien siente una vez tus caricias no las puede en la vida olvidar. Yo busqué siendo niño un amigo y mi madre a tus pies me llevó: ahí le tienes, me dijo y contigo una eterna amistad se pactó. ¿Quién endulza cual Tú mi amargura? ¿quién mitiga cual Tú mi aflicción? tú eres sólo, Jesús, ¡ay! quien cura las heridas de mi corazón. No me dejes, bellísimo Niño. te lo pido postrado en tu altar; vale más tu amistad, tu cariño, que las perlas que encierra la mar.
ORACIÓN FINAL
Dios mío, que encomendaste a tu Hijo unigénito para ser Salvador del género humano y le impusiste el nombre de Jesús, por tu piedad concédenos a los que veneramos su Santo Nombre en la tierra, gozar de su presencia en los cielos. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.