
Querida Familia del Carmelo en la Provincia Ibérica,
Con el corazón conmovido, me dirijo a todos vosotros para compartir el profundo sentimiento de pérdida que nos embarga ante el fallecimiento del Papa Francisco, pastor incansable, testigo valiente del Evangelio y servidor humilde del Pueblo de Dios.
En este momento de duelo, quiero invitarles a elevar juntos una oración de gratitud por su vida y ministerio. El Papa Francisco ha sido para la Iglesia y para el mundo un faro de misericordia, de cercanía a los más pobres y de testimonio evangélico. Su palabra ha tocado el corazón de creyentes y no creyentes, y su ejemplo nos ha llamado a vivir con autenticidad y sencillez nuestra fe.
Desde nuestra espiritualidad carmelitana, encontramos consuelo y guía en las palabras de Santa Teresa de Jesús, quien decía: “Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa; Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza; quien a Dios tiene, nada le falta. Solo Dios basta”. Estas palabras nos recuerdan que la esperanza cristiana está siempre viva, incluso en medio del dolor y la despedida.
San Juan de la Cruz, por su parte, nos invita a mirar más allá de lo visible y a vivir desde la fe profunda en la unión con Dios. Que su espíritu místico nos ayude a comprender este momento como un paso a la plenitud de la vida en Dios que el Papa Francisco ahora goza.
En nuestras comunidades, celebremos la Eucaristía en su memoria, recemos por él con confianza, y pidamos que su legado de compasión, justicia y amor al prójimo siga inspirando a la Iglesia y a nuestro Carmelo.
Unidos en la oración y la esperanza de la resurrección, les envío un abrazo fraterno.
P. Francisco Sánchez Oreja, O.C.D.
Superior Provincial
Provincia Ibérica– Orden de los Carmelitas Descalzos