Desmontadas las piezas de la capa, se comenzaron a trabajar de forma individualizada. En primer lugar, se realizó una limpieza generalizada de los elementos con el fin de retirar la suciedad que éstos poseían en sus superficies.
Posteriormente se pasaron a retirar, de forma puntual, aquellos hilos que se encontraban deteriorados con el fin de sustituirlos por otros de naturaleza similar.
Igualmente, las zonas que habían sufrido pérdidas puntuales de material fueron reintegradas debidamente.
Por último, a medida que se iban disponiendo los bordados sobre el nuevo tisú de plata se fueron perfilando empleando los materiales más acordes para que aportasen un acabado limpio y no distorsionaran la visión del conjunto.