Culminado el pasado de los bordados al nuevo tisú, se procedió a realizar la artística cenefa que decora la pieza a lo largo de todo su perímetro.
Hay que tener en cuenta que ésta se perdió tras la intervención de 1987 por lo que era imposible reproducirla de forma exacta, tanto material como técnicamente, puesto que el detalle de las fotografías existentes no permitían apreciar el detalle de los motivos.
No obstante, y gracias a la existencia de un frontal de altar conservado en la Iglesia Mayor de San Pedro y San Pablo que posee un motivo muy similar al aquí mencionado, ha sido posible recrear, de forma generalizada, la apariencia de estos motivos decorativos.
Por último, y gracias a la existencia de un fragmento de los flecos que en su día embellecieron la capa, fue posible la fiel reproducción de los mismos, cumpliéndose así el objetivo propuesto para dichos trabajos, devolver el esplendor perdido a la capa procesional de la Virgen del Carmen.